10 nov 2011

PLATÓN (XII): La teoría política de Platón / La sociedad ideal (2)


La educación en la República


Hemos visto como el buen funcionamiento de una sociedad depende del orden que haya en la misma. Si la sociedad se crea para satisfacer las necesidades humanas, es importante que todas estas necesidades sean cubiertas por un sector u otro de dicha sociedad. Así surgía la especialización del trabajo a través de la cual cada individuo se formaría en el desempeño de una determinada función para contribuir con ella al conjunto de la sociedad. Esta división del trabajo es la que nos conducía, según Platón, a concebir tres clases sociales diferenciadas: la de los artesanos o productores, la de los guerreros o auxiliares y la de los gobernantes. Si cada una de estas clases está compuesta por aquellos individuos capacitados para desempeñar sus determinadas funciones y cada individuo se ocupa de su "parcela" sin meterse en la de los demás, entonces estaremos ante una sociedad ordenada que funciona como debe funcionar. Y en eso consiste una sociedad justa.

Ahora bien, la pregunta que cabría hacerle ahora a Platón es ¿y qué es lo que determina qué lugar debe ocupar cada individuo en la sociedad? es decir ¿cómo podemos saber a qué clase social pertenece cada individuo o, lo que es lo mismo, por quiénes están conformadas dichas clases sociales? 

Para contestar a esto observemos la siguiente pirámide: 




Si tuviésemos que determinar qué es lo que hace que los artesanos ocupen la base de la pirámide (es decir, su parte más baja) y los gobernantes su cúspide (parte más alta) ¿qué diríais que es? Es decir ¿qué es lo que hace que los gobernantes estén por encima de guerreros y artesanos? A estas alturas de la película ya os lo podréis imaginar: el conocimiento. 




El conocimiento es lo que determina la posición social de los ciudadanos. Los gobernantes estarán en la posición más elevada con respecto al conocimiento, los guerreros en la posición media y los artesanos en la más baja. Lo que determina a su vez el grado de conocimiento alcanzado por el ciudadano no es otra cosa que la educación. 


La educación es un concepto clave para entender la República platónica, porque es en el proceso educativo donde se podrá determinar qué tipo de naturaleza tiene cada ser humano y, por lo tanto, a qué clase social ha de pertenecer. De este modo, aquellos que tengan mejores capacidades o disposiciones naturales en el ámbito intelectual y vean estas desarrolladas en el proceso educativo adquiriendo un mayor conocimiento, serán los gobernantes que ocuparán una posición más elevada en la jerarquía social, mientras que los más retrasados en este campo (aunque sean más hábiles en otras tareas manuales) serán los artesanos que quedarán en la posición más baja de dicha jerarquía.

Al hablar de "disposiciones naturales" y "educación", Platón está aludiendo, por un lado, a nuestra naturaleza, a las capacidades con las que nacemos y que hemos heredado de nuestros padres, y, por otro, a la educación como motor que desarrolla esas capacidades y las eleva a su máxima potencia. Para Platón el factor que determina finalmente qué lugar debe ocupar el individuo en la sociedad es la educación. Si bien lo normal es que de padres artesanos salgan hijos artesanos, por ejemplo, por ser la herencia de los padres un factor importante en la constitución de los individuos, será el proceso educativo el que finalmente demuestre si se han alcanzado o no las espectativas creadas por esa herencia por parte de dichos individuos o incluso si se han superado. Esto es bastante lógico: Si por más hijo de gobernante que se sea, no se desarrollan las capacidades para gobernar y ese individuo no adquiere en el proceso educativo la sabiduría necesaria para desempeñar su función, lo mejor para esa sociedad es que tal individuo no forme parte del gobierno puesto que no haría las cosas bien y causaría perjuicios por su propia incapacidad. De este modo Platón deja la puerta abierta para que sea el mérito (medido en términos de sabiduría) el que determine en última instancia la clase social a la que se pertenece, aunque siempre teniendo en cuenta lo dicho: que lo habitual es que de padres pertenecientes a la clase "x", salgan hijos que pertenecerán a la clase "x" (con lo que en realidad parecía abogar porque, aunque en un principio pueda haber tránsito de una clase a otra, este tránsito no es común que se dé).

Debemos aclarar también que Platón no piensa en los artesanos como una clase social formada por analfabetos funcionales ni mucho menos. Para tener una buena sociedad debemos tener buenos ciudadanos y eso implica que todos ellos tengan una formación mínima, que todos y cada uno de los ciudadanos pasen por un proceso educativo en el que se les instruya y guíe hacia el Bien. Lo que defiende Platón desde un principio es que en lo concerniente al conocimiento, así como en cualquier otra habilidad, no todas las personas tienen las mismas capacidades (disposiciones naturales) ni cala en ellos de igual manera el proceso formativo (educación), y por ello habrá individuos válidos para las funciones de producción (artesanos), otros para las funciones de protección y ataque (guerreros) y otros para las funciones de gobierno (gobernantes). Ya que lo importante es que la sociedad cubra todas las necesidades de sus integrantes, tan necesaria se vuelve una clase social como otra (no solo de gobernantes podría vivir una sociedad). 

Pero aunque todos los ciudadanos reciban la misma educación básica, el mayor desarrollo en el grado de conocimiento hará que las vidas de artesanos, guerreros y gobernantes en el seno de la sociedad sean muy distintas. Los primeros estarán mucho más apegados a lo material y sensible, mientras que los gobernantes, por estar más cercanos al verdadero conocimiento y lo inteligible, despreciarán todo bien material, toda riqueza.

- La clase de los artesanos debe poseer en la sociedad ideal platónica la riqueza, teniendo derecho a la propiedad privada y a la familia, y se le debe permitir el disfrute de los goces materiales que se derivan de la posesión de la riqueza. Goces que son para Platón, como se puede imaginar, totalmente superficiales y engañosos: la verdad no se encuentra en lo material (ámbito sensible), sino en el auténtico y elevado conocimiento de la Idea (ámbito inteligible). Los artesanos son la clase menos elevada en cuanto al conocimiento y por ello están más apegados a lo material, físico y superficial.

- La clase de los guerreros, por el contrario, no puede tener acceso la riqueza. De esta manera se consigue evitar que caigan en la tentación de defender sus intereses privados en lugar de los intereses colectivos, y terminar utilizando la fuerza militar que poseen contra los ciudadanos que tienen la obligación de proteger. De este modo, los guerreros estarán desprovistos de toda propiedad privada y tampoco tendrán familia, debiendo vivir al "modo espartano", de forma comunitaria, afincados en barracones en los que tengan todo lo necesario para realizar sus actividades. Además, para Platón, no existe ninguna razón para excluir a las mujeres de ningún tipo de actividad y por eso podemos ver mujeres en la clase guerrera, ya que tanto en el hombre como en la mujer se encuentran similares dones o cualidades naturales, igualmente útiles para la ciudad. Este estilo de vida, como también se puede deducir, no tiene nada de negativo para Platón: el desapego de lo material es la primera condición para ascender hacia lo verdadero, lo inteligible.

- La clase de los gobernantes, debido a su posición de mayor responsabilidad política y a las elevadas tareas que deben desempeñar, tampoco tendrá acceso a la propiedad privada ni a la familia (para evitar la búsqueda de todo beneficio personal), debiendo velar únicamente por el buen gobierno de la ciudad. Su obligación es la de centrarse en la búsqueda de la sabiduría, sabiduría que les hará identificar qué es lo bueno para gobernar adecuadamente la polis, por lo que la vida de dichos gobernantes estará alejada de todas las comodidades innecesarias para cumplir su función.


Para la pregunta de por qué son aquellos que tienen más conocimiento los que deben gobernar (la figura del Filósofo-rey platónica) tenemos una respuesta sencilla ¿verdad? Como llevamos diciendo desde las primeras entradas y en consonancia con lo que pensaba su maestro, Platón defiende que solo el que conoce el Bien puede hacerlo, y el conocimiento del Bien es el más elevado de todos, aquel al que solo acceden los más sabios. Si queremos una sociedad justa que esté guiada hacia el Bien, es necesario que quienes guíen a dicha sociedad, los gobernantes, sean aquellos que conozcan en qué consiste ese Bien para poder dirigirla hacia el mismo, y como decimos esto solo pueden hacerlo los más sabios.

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