Mientras que los sofistas sostuvieron que la sociedad era el resultado de una convención o pacto (nomos) entre los individuos, para Platón, la sociedad es el medio "natural" en el que se desarrolla la vida del ser humano. El hombre es un "animal social" debido a que no es un ser autosuficiente. Los hombres no se pueden autoabastecer de todas sus necesidades tanto en el aspecto material (producir todos los bienes materiales que nos son necesarios para subsistir), como en los aspectos morales, afectivos o espirituales que nos caracterizan como seres únicos en la Naturaleza. Al ser estas necesidades naturales (tanto la supervivencia como el afecto, el amor, la convivencia...), la tendencia a consumarlas tambien lo es y por ello podemos hablar de una tendencia natural en el hombre a vivir en sociedad, debido a que será en el ámbito social donde el hombre satisfará dichas necesidades. Esta teoría de la "sociabilidad natural" del ser humano será mantenida posteriormente también por Aristóteles (quien hablará propiamente de el hombre como zóon politikon, es decir, como "animal político o social"), aunque este creerá que es aún más natural la tendencia a la unión entre hombres y no algo motivado solo por interés tal y como se entrevé en Platón.
Para no partir de prejuicios erróneos, tenemos que entender que la vida política o social del hombre era una parte esencial de su vida en general en la Atenas clásica. Hoy en día podemos concebir perfectamente una vida al margen de la política (esto no quiere decir que la política no nos afecte en caso de hacerlo, pero podemos determinar el no meternos jamás en cuestiones políticas: no votar, no interesarnos por la política y sus cuestiones propias, no tomar partido...), pero algo así era impensable para un ateniense del periodo clásico. El ciudadano tenía peso en la polis, en la presentación de propuestas y la toma de decisiones, y esto era inculcado socialmente y estaba fuertemente arraigado en la población. Así, el formar parte de la actividad política era algo connatural al ciudadano ateniense que entendía la organización de la vida de forma comunal, de manera que definir al hombre como individuo ajeno al Estado se hacía inconcebible. Cuando tratamos de definir lo que era un buen hombre para los antiguos griegos, no podemos hacerlo al margen de su condición de ciudadano.
(NOTA: De aquí procede gran parte del rechazo de Sócrates y Platón hacia la sofística ya que esta potenciaba el individualismo y destruía la cohesión social fuertemente asentada en la polis ateniense)
Es por ello que, del mismo modo que veremos cómo la teoría del conocimiento está fuertemente ligada a la teoría política (nunca olvidemos que para Platón, al igual que para Sócrates, para hacer algo bien debemos conocer cómo debemos hacerlo, y esto incluye la actividad política), veremos también que la ética platónica se explica por analogía de su teoría política. Esto se explica facilmente porque Platón comenzará la discusión planteando que la cuestión de la "justicia" (concepto central de sus teorías política y ética) podemos discernirla tanto en la dimensión individual (hombre) como en la dimensión colectiva (Estado) humana. Cuando queremos definir una buena sociedad lo que buscamos es una sociedad justa (una sociedad buena para todos), del mismo modo que la búsqueda del hombre bueno es la búsqueda del hombre justo (el hombre que es bueno para todos). Y si pensamos en esto un poco entenderemos que, siguiendo el hilo de su Teoría de las Ideas, la Justicia en sí, la Idea de Justicia, es una y solo una, la apliquemos al conjunto social o al individuo. Por ello tiene que existir un único modelo de comportamiento moral que encaje, tanto para el individuo como para el Estado, modelo que, por supuesto, procede del inmutable y perfecto ámbito inteligible.
Es por ello que, del mismo modo que veremos cómo la teoría del conocimiento está fuertemente ligada a la teoría política (nunca olvidemos que para Platón, al igual que para Sócrates, para hacer algo bien debemos conocer cómo debemos hacerlo, y esto incluye la actividad política), veremos también que la ética platónica se explica por analogía de su teoría política. Esto se explica facilmente porque Platón comenzará la discusión planteando que la cuestión de la "justicia" (concepto central de sus teorías política y ética) podemos discernirla tanto en la dimensión individual (hombre) como en la dimensión colectiva (Estado) humana. Cuando queremos definir una buena sociedad lo que buscamos es una sociedad justa (una sociedad buena para todos), del mismo modo que la búsqueda del hombre bueno es la búsqueda del hombre justo (el hombre que es bueno para todos). Y si pensamos en esto un poco entenderemos que, siguiendo el hilo de su Teoría de las Ideas, la Justicia en sí, la Idea de Justicia, es una y solo una, la apliquemos al conjunto social o al individuo. Por ello tiene que existir un único modelo de comportamiento moral que encaje, tanto para el individuo como para el Estado, modelo que, por supuesto, procede del inmutable y perfecto ámbito inteligible.
Como veremos en las siguientes entradas, Platón se centrará primero en la discusión política para, una vez aclarado lo que es un Estado justo, definir por analogía con este lo que es un hombre justo (en su teoría ética).
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